Los tratamientos de ortodoncia son unos de los servicios más solicitados en las clínicas dentales. A la gente nos preocupa la posición de nuestros dientes. Principalmente por motivos estéticos, aunque en ocasiones los pacientes acuden a la clínica por complicaciones de salud bucal. En este artículo abordaremos qué es la ortodoncia y los tipos de ortodoncia que existen.
Antes de nada hay que partir de que la dentadura es un órgano vivo. Es decir, un parte del cuerpo que está en evolución, que sufre cambios y que no se presenta igual a lo largo de toda nuestra vida. Determinadas anomalías en el encaje de las arcadas o en la posición de los dientes pueden acarrear problemas que se pueden agravar con el paso del tiempo si no se solucionan. De ahí, la necesidad de someterse a un tratamiento de ortodoncia cuando aparecen.
La mala oclusión o la mala posición de los dientes no solo afecta a la apariencia de la boca, también tiene efectos para la salud. Por ejemplo, los dientes que han emergido con una orientación inapropiada facilitan la aparición de caries inaccesibles, difíciles de solucionar, que pueden terminar convirtiéndose en focos de infección. Ciertos problemas de la mala oclusión en la dentadura pueden derivar en molestias que afecten a los huesos de la mandíbula y a la articulación temporomandibular. La articulación en la que se encajan la parte superior e inferior de la mandíbula con la estructura ósea craneal.
Los ortodoncistas de Clínicas Cooldent, una red de clínicas dentales multidisciplinares ubicadas en Algeciras y Estepona, insisten en que ortodoncia no son un conjunto de tratamientos o técnicas, sino una rama de la odontología que se ocupa del alineamiento de la dentadura y de su repercusión en la funcionalidad de la boca.
Nosotros la conocemos por sus tratamientos, y la verdad es que son varios y diferentes. Cada uno de ellos, adecuado a unas circunstancias concretas. Estos son los tipos de ortodoncia:
Ortodoncia de brackets.
Esta es la ortodoncia clásica, la de toda la vida. La también conocida como ortodoncia fija. Se basa en la acción de unos elementos terapéuticos, los brackets, que hacen presión sobre los dientes, colocándolos en la posición deseada, y que se tesan por medio de alambre o nervio metálico. Los brackets quedan fijados al nervio por algún tipo de ligadura.
Con un procedimiento parecido al que se utiliza para curar la rotura de un hueso, la inmovilización, los dientes o arcadas más colocadas se presionan y se dejan fijos para que los huesos alveolares y la estructura ósea maxilofacial corrijan la anomalía.
Dentro de los brackets existen diferentes tipos. Los brackets metálicos son los más antiestéticos, pero también son los más resistentes y los que nos permiten resolver la mayoría de los problemas de ortodoncia. A su vez son los más resistentes y los más difíciles de romper.
Los brackets de porcelana tienen una mejor apariencia estética. Llaman menos la atención, ya que suelen estar fabricados partiendo del tono de los dientes para que pasen más desapercibidos. A pesar de ello, tienen el inconveniente de que son más frágiles y se pueden romper con más facilidad.
Parecidos a estos son los brackets de zafiro, un mineral blanco bastante resistente, que ofrecen una buena apariencia estética, siempre que los dientes que presionen sean bastante blancos. Estos brackets son más grandes y se ajustan progresivamente, ya que el zafiro ejerce una mayor fricción sobre los dientes.
En todos estos brackets encontramos brackets de autoligado. Brackets que se unen al nervio que los tensa por medio de una cámara interna que impide que no se muevan.
Ortodoncia lingual.
Esta técnica se caracteriza porque utiliza un aparato de ortodoncia que ejerce presión por la parte interna de los dientes, no por la externa, como lo hace la ortodoncia clásica.
Igualmente, funciona por medio de brackets que se tensan a través de un nervio metálico. Este es el tratamiento más adecuado para enderezar dientes que han emergido torcidos. Se ha demostrado que es eficaz para resolver cualquier tipo de maloclusión, así como apiñamiento de dientes, mordida abierta, mordida cruzada y sobremordida.
Tiene un buen efecto estético, ya que al colocarse por la parte interna de los dientes, no se ve. Esto, a su vez, facilita la higiene dental. El paciente podrá con ellos cepillarse los dientes sin problema.
Sin embargo, tiene ciertos inconvenientes. El primero de ellos es que puede dejar marcas y manchas en los dientes, que aunque se producen en la parte interna y no son visibles, sí pueden afectar a la solidez del esmalte.
Esta ortodoncia puede llegar producir heridas y llagas en la lengua y en un principio puede dificultar el habla, ya que la lengua se apoya en los brackets para pronunciar determinados fonemas.
Durante las primeras semanas es incómodo de llevar. El paciente debe habituarse a su presencia. Cuando ha conseguido adaptarse a este elemento, lo podrá utilizar sin problemas.
También cabe reseñar que este aparato bucal es más complicado de ajustar que otras ortodoncias fijas.
La ortodoncia invisible.
La ortodoncia invisible u ortodoncia removible es una técnica relativamente novedosa que ha causado sensación en la población. Permite a las personas corregir su dentadura sin recurrir a los incómodos y antiestéticos aparatos de brackets. Todo gracias a una férula traslúcida que pasa desapercibida a la vista. Muchas personas que no estaban dispuestas a someterse a una ortodoncia fija han accedido a arreglarse la boca gracias a este método.
Todos sabemos a grandes rasgos como funciona. Se trata de colocarse en los dientes una férula plástica con la forma exacta de nuestra dentadura, a la que se introducen unas pequeñas variaciones para ir guiando los dientes mal ubicados a la posición deseada. La férula se la puede quitar el usuario cada vez que coma, que beba y se lave los dientes. Las férulas se van cambiando cada 3 semanas hasta que finalice el tratamiento.
Este tipo de ortodoncia se ha podido desarrollar gracias al avance de la tecnología. Principalmente del escáner dental y del diseño asistido por ordenador.
El escáner dental consigue hacer una reproducción exacta de la dentadura del paciente y traspasarla al ordenador por medio de una representación digital en 3D. Este modelo es el que le sirve al ortodoncista para encargar la férula correctora e ir introduciendo las variaciones que estime oportunas a fin de corregir la alineación de los dientes.
Aunque supone un avance en el terreno estético, requiere de la colaboración activa del paciente para que sea efectiva. El paciente debe quitarse el corrector y guardarlo en un lugar seguro, normalmente una cajita, cada vez que coma o beba y lavarse los dientes antes de ponerse la férula. De esta forma se consigue que no retenga placa bacteriana que pueda generar caries. Regularmente, deberá lavar el corrector con agua tibia o pastillas efervescentes diseñadas para ese uso. De forma general, el usuario debe tener puesto el corrector durante 22 horas diarias.
La revista Gaceta Dental nos informa que la ortodoncia invisible no es aplicable en todos los casos. Hay problemas de ortodoncia graves como la rotación de dientes o la mala oclusión que no se puede resolver con esta técnica. Tampoco se suele aplicar a niños y adolescentes, debido al compromiso y responsabilidad que requiere su uso.
Ortodoncia interceptiva.
La doctora Marta Ramos cuenta en la revista Top Doctors que la ortodoncia interceptiva es un tipo de ortodoncia que se aplica a niños para favorecer el crecimiento del hueso maxilar y la mandíbula e interceptar ciertas anomalías que se producen durante la formación de la dentadura definitiva. De esta manera, el ortodoncista se puede adelantar a problemas de oclusión o de mordida que el niño pueda desarrollar cuando finalice su etapa de crecimiento. La edad indicada para realizar este tratamiento es entre los 7 y los 11 años y suele venir derivado por el odontopediatra que ha percibido alguna irregularidad en la formación de la boca.
Las dos intervenciones más habituales son la máscara de tracción extraoral y el expansor palatino.
La máscara de tracción es un aparato de varas metálicas que entra dentro de la boca enganchándose a dos muelas y que consigue tirar de la mandíbula haciendo presión hacia delante gracias a dos soportes de la estructura que descansan sobre la frente y la barbilla. De esta forma se corrigen problemas de mala oclusión y se estimula del desarrollo proporcionado del hueso maxilar. El tratamiento suele durar un año y aunque resulte aparatoso a la vista, es un procedimiento indoloro.
El expansor palatino es un extensor metálico que se apoya en la cara interna de los dientes y que expande el paladar cuando la arcada superior se ha formado demasiado cerrada. Este tratamiento tiene unos meses de duración y después es frecuente que se coloque un aparato de brackets para fijar de forma correcta los dientes.
Aunque no es lo más habitual, en los niños también se pueden aplicar ortodoncias fijas y ortodoncias linguales si se prevé que con ellas se pueden corregir futuras maloclusiones.
Como vemos, la ortodoncia es un campo amplio y especializado capaz de resolver múltiples problemas de alineación de los dientes.