Dientes retenidos que no incluidos

Habitualmente se confunden estos términos debido a su similitud. Sin embargo, los dientes retenidos, incluidos o impactados, no son exactamente lo mismo. En este artículo, vamos a poner especial atención a los denominados dientes retenidos, pero antes, vamos a definir cada uno de ellos y disipar la duda existente.

Podemos decir por lo tanto que, se habla de diente retenido cuando el diente, aun habiendo completado su desarrollo, no logra salir de forma completa de la encía. Es decir, no ha erupcionado de forma adecuada. Puede tener visible parte de la corona, pero no alcanza la posición normal dentro de la arcada. En tanto que un diente impactado, es aquel que no emerge completamente en la arcada, puede encontrarse parcial o totalmente dentro del hueso, presentando una inclusión parcial o total. En el primer caso el diente no se desarrolla completamente o encuentra obstáculos en la erupción, mientras que en el segundo, la piza se encuentra enterrada en el hueso sin evidencia de erupción.

Por último, los dientes incluidos, son aquello que no erupcionan de forma completa pero sin estar enterrados en el hueso de forma completa. Pueden tener parte de la corona visible pero sin encontrarse oculto en el hueso, como sucede con el diente impactado.

Aunque se trata de una diferencia sutil entre las distintas patologías, nuestros amigos de Palma Dental, odontólogos con dilatada experiencia, nos recalcan que en el caso de dientes retenidos, el diente ha completado el desarrollo, lo que no sucede en los otros casos. Tener en cuenta estos matices, permiten realizar un diagnóstico de mayor precisión y concretar el tratamiento más adecuado en cada caso. Sobre las causas, síntomas y tratamientos posibles del diente retenido, hablaremos a continuación, de tal manera que tendremos una idea de cómo actuar en el caso de padecer este problema bucodental.

De que va eso del diente retenido

Su nombre lo deja bastante claro, aun así, diremos que cuando el dentista habla de diente retenido, hace alusión a un diente que, aun habiendo completado totalmente su desarrollo, no ha logrado emerger en la encía de forma completa. Por lo tanto no ha tomado su posición normal en la arcada, lo que conlleva una serie de síntomas y consecuencias. En otras palabras, a pesar de lograr su madurez anatómica, el diente, permanece cubierto por la encía, ya sea de forma parcial o total.

Las causas de que se produzca la retención de un diente, pueden ser varias. Desde la falta de espacio en la boca, hasta una obstrucción en el camino de la erupción. Pasando por anormalidades propias de la posición del diente o factores genéticos. Un diente retenido, puede afectar tanto a la dentición temporal como a la permanente.

Resulta esencial tratar este tipo de patologías, no tanto por su gravedad como por los problemas que pueden llegar a ocasionar, como la alteración de la alineación de la arcada dental, formación de quistes o provocar infecciones y molestias importantes.

Algunas de las causas más comunes son la falta de espacio ya mencionada, siendo una de las razones que con mayor frecuencia originan el diente retenido. La falta de espacio en la boca para que el diente erupcione de la forma correcta, puede deberse a la presencia de dientes subyacentes, apiñamiento dental o un tamaño grande del diente.

Otra de las razones citadas, es la referente a la obstrucción en la erupción. En este caso, las obstrucciones físicas en el camino de la erupción pueden deberse a otros dientes, tejido gingival denso o estructuras óseas anómalas que pueden impedir que el diente alcance su posición.

Las anomalías en la posición del diente, son otras de las causas de que el diente quede retenido. Algunas piezas dentales, pueden desarrollarse en una posición anómala, como girado o inclinado, dificultando su erupción. Factores genéticos y problemas en el desarrollo dental pueden contribuir a que se produzca este tipo de anomalía.

No es lo más habitual pero cabe señalar que los factores genéticos pueden influir en la forma y predisposición de los dientes, de tal manera que aumente la probabilidad de que el diente quede retenido.

Los dientes supernumerarios son una de las causas de obstrucción que conduce a la retención de otros dientes. Se denomina dientes supernumerarios a los dientes adicionales que no deben formar parte de la dentadura.

Lesiones o traumatismos en la zona dental durante el desarrollo de la pieza, puede afectar a la erupción del diente y contribuir a su retención. Del mismo modo que la formación de un quiste dental puede tener las mismas consecuencias y obstaculizar la salida del diente.

Anomalías producidas en el desarrollo del hueso y la mandíbula o el maxilar, pueden igualmente, afectar a la posición y el movimiento de los dientes, contribuyendo a que estos queden retenidos.

Síntomas, consecuencias y tratamiento

Ahora que ya sabemos las posibles causas de que se produzca la retención de un diente, pasamos a conocer los síntomas que puede presentar su presencia en la boca. Estos van de la incomodidad a la maloclusión, pasando por otro tipo de molestias.

Es normal sentir incomodidad y dolor en la zona en la que el diente se ha quedado retenido. Sobre todo al realizar acciones como masticar o presionar el diente. Esto conlleva una hinchazón en las encías, así como sensibilidad en la encía circundante, sobre todo cuando existe presión adicional por falta de espacio.

A estos síntomas, podemos añadir la dificultad que se produce para cerrar la boca por completo cuando el caso de diente retenido está más avanzado. En este grado de retención puede verse comprometida la alineación de los demás dientes, dificultando el hecho de cerrar la boca de forma completa y cómoda.

La maloclusión es otro de los síntomas que puede desencadenar un diente retenido. La posición anormal del mismo, puede afectar a la mordida y la alineación dental provocando maloclusión. Puesto que puede dificultar la tarea de limpiar el área de la forma adecuada, puede verse incrementando el riesgo de acumulación de placa y caries.

Conviene recordar que en algunos casos de diente retenido, puede no producirse sintomatología notable, siendo descubiertos en un examen dental rutinario. No obstante, ante cualquier señal de molestia, la presencia de dolor o algún cambio en la boca, lo mejor es acudir al dentista.

El tratamiento para este tipo de patología dental, va en función de la situación específica de la pieza y otra serie de factores como la posición del diente, la edad y las posibles complicaciones.

En algunos casos, sobre todo si el diente no está ocasionando problemas evidentes, el enfoque puede reducirse a observar el desarrollo y la evolución del problema. En algunos casos, los dientes tienen tiempo de erupcionar por sí mismos.

Cuando el diente retenido causa problemas y molestias como dolor, inflamación, problemas de alineación dental o maloclusión, es posible que el dentista aconseje la extracción del diente retenido. Esta es la opción de preferencia en el caso de dientes de leche o situaciones en las que el diente no es esencial para la función dental o estética.

Recurrir a la ortodoncia es otra de las opciones recomendadas por los especialistas. En los casos en los que la retención implica un diente permanente y la opción no pasa por la extracción, los tratamientos de ortodoncia como los brackets, son de gran ayuda a la hora de guiar el diente hasta alcanzar la posición correcta.

En situaciones de mayor complejidad, aquellas que involucran problemas en el desarrollo de los maxilares, la cirugía ortognática puede ser la mejor opción. Este tipo de procedimiento quirúrgico, corrige las irregularidades de la estructura ósea facial, lo que puede facilitar la erupción natural del diente.

Cuando existe obstrucción en el camino de la erupción del diente, una intervención quirúrgica es la opción ideal, puesto que permite exponer el diente retenido y permitir la erupción.

Lo esencial en el caso de dientes retenidos es que la decisión sobre el mejor tratamiento posible, se lleve a cabo tras haber realizado un estudio adecuado sobre el diente. Como se puede observar, se trata de una patología que, aun no resultando de gravedad, puede resultar molesta y dolorosa.

No es posible hablar de prevención al uso en lo que respecta a esta patología odontología en particular. Aun así, la detección temprana es fundamental para minimizar el dolor, las molestias y las complicaciones asociadas a la retención de un diente. Se trata de un problema muy común que puede tener consecuencias negativas para la salud oral y general, por lo que comprender las causas y consecuencias de este tipo de problema, resulta fundamental. En el caso de sospechar de su existencia, lo mejor es recurrir al profesional de la odontología de confianza. Una atención temprana puede prevenir problemas adicionales.

En resumen, los dientes retenidos son aquellas piezas dentales que no logran encontrar su posición en la arcada dental por diversas razones. Su tratamiento radica en la evolución de la patología, por lo que es aconsejable una detección temprana y una observación adecuada del problema, antes de tomar la decisión sobre el tratamiento más adecuado. Aunque se trata de un problema molesto, su pronóstico siempre es favorable una vez tomadas las medidas adecuadas.

 

 

 

 

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